lunes, 10 de junio de 2013

¡Qué casualidad!



ALUMNOS Y ALUMNAS DE 3ºA DEL COLEGIO INTERNACIONAL SEK-ATLÁNTICO… (cuyos nombres coinciden con los de los protagonistas… ¡qué casualidad!

El Camino de Santiago

Entonces cogieron la tabla de surf… y surfeando llegaron a Galicia, a una playa muy grande y muy bonita donde había un montón de chicos y chicas surfistas. La playa  se llamaba La Lanzada. Y allí estaban: Isolino, Lola, Madroño, Momia y un montón de medusas persiguiéndolos…
Se les acercaron unos chicos que se llamaban Inés, Carlota, Antonio, Kevin y Lucía Rial. Le preguntaron:
-Hola, ¿quiénes sois?
-Hola, soy Lola y mis amigos aventureros, ¿dónde estamos?
-Uf, ¿no lo sabes?, le dijo una niña que no paraba de moverse y se llamaba Sol. -¡En La Lanzada!
-La Lanzada es un playa, le dijo otro que se acercaba con cara de despistado y se llamaba José Manuel.
-Ya sabemos lo que es una playa… ¡a que te muerdo!, dijo Madroño.
-Tranqui, no le hagas caso, mi amigo  es así,  dijo Andrea, la coordinadora de todos los surfistas.
-Galicia, Galicia… dijo Lola, -me suena un montón ese nombre. Por aquí hay un camino muy conocido que sigue las estrellas…
-¡El Camino de Santiago!, dijeron Iria, Lucas y Carmen Pouseu.
Lola asintió y les comentó que les gustaría acabar su viaje haciendo esa ruta tan conocida.
-Pues tenemos varios amigos que van a empezarla…, dijeron Carmen Nimo y Sabela, que estaban tomando el sol como dos lagartos.
Lola y sus amigos decidieron ir  a buscar a esos amigos para hacer con ellos elCamino. Los chicos de la playa se vistieron y les acompañaron al camping donde estaban sus colegas.
Isolino, para ser un buen peregrino, se pegó una cruz de Santiago y una concha de vieira en su caparazón, y Momia se compró un ventilador, porque andar con ese sol y tantas vendas daba un calor…
Y así, acompañados de Alberto, que era muy charlatán, Javier, que siempre se olvidaba su mochila, Alba, que era un poco calladita y Marián, que hablaba por ella y por Alba, emprendieron el camino.
Al tercer día llegaron a un albergue para dormir y allí se encontraron con más peregrinos: Pablo, que venía desde Polonia, Yago, que siempre hacía bromas, Benito, que cuando escribía una nota no la entendía nadie, Almudena, que se reía por todo y Lucía Rodríguez, que no podía comer tarta de Santiago, porque llevaba un aparato de color verde…. (Madroño lo confundió con una lechuga y casi se lo come)
Allí les contaron que ese camino solo era el principio, y que para superarlo tenían que pasar muchas pruebas que llevaban siglos y siglos escondidas y que eran muy difíciles…
¿Creéis que nuestros amigos lo conseguirán?

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